Belén Soria
Patricia Aldana
Ileana Hurtarte
Banco de fotos del Colegio Monte María
En el corazón de cada comunidad educativa, hay figuras que trascienden su rol tradicional de maestros para convertirse en verdaderos pilares de sabiduría y guía. Sister Elizabeth fue una de esas personas, cuya influencia fue ejemplo de vida y que con su cumpleaños nos brinda la oportunidad perfecta para celebrar su legado.
Dueña de una gran vocación por la enseñanza y pasión por el aprendizaje, Sister Elizabeth dedicó su vida a iluminar las mentes jóvenes de Monte María. Con una carrera que abarcó décadas, fue testigo de generaciones de estudiantes que han pasado por las aulas de esta prestigiosa institución, dejando una marca indeleble en cada uno de ellos.
Desde sus primeros días en Monte María, Sister Elizabeth se destacó por su enfoque innovador en la educación. Su metodología no solo se centraba en la enseñanza académica, sino también en el desarrollo integral de sus estudiantes. Con una mezcla única de rigor y compasión, supo inspirar tanto el respeto como el cariño de quienes tuvieron el privilegio de llamarla maestra.
El impacto de Sister Elizabeth va más allá de los resultados académicos. Fue mentora, consejera y, a menudo, una figura materna para muchos. Su habilidad para reconocer y fomentar el potencial individual permitió que sus estudiantes no solo alcanzaran sus metas académicas, sino que también se desarrollaran como seres humanos íntegros y comprometidos con la sociedad.
Hoy, mientras celebramos su cumpleaños, fue un momento para reflexionar sobre la magnitud de su contribución. Monte María no sería la misma sin Sister Elizabeth. Su presencia fue una constante, un faro de conocimiento y ética que ha guiado a la institución a lo largo de los años.
A medida que celebramos a Sister Elizabeth en el día de su cumpleaños, creemos que ella nos acompaña desde el cielo, y que lo hace rodeada del amor y gratitud de innumerables almas que fueron tocadas por su gracia. Su legado es uno de excelencia educativa, compromiso comunitario y, sobre todo, un amor inquebrantable por la enseñanza, y es por ello, que actualmente celebramos el English Festival en su honor.
En Monte María, siempre recordaremos a Sister Elizabeth como una de las mejores maestras que fue parte de esta comunidad. Su cumpleaños es un recordatorio de que los verdaderos maestros son aquellos cuya influencia perdura mucho después de que la clase ha terminado.