El Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, proclamado por la ONU en 2015, busca reducir la brecha de género en STEM. Aunque las mujeres representan casi la mitad de la población mundial, solo el 33% de los investigadores científicos y menos del 30% de los estudiantes en carreras STEM son mujeres. Factores como los estereotipos y la falta de modelos a seguir han limitado su participación, pero este día nos recuerda la importancia de visibilizar sus logros y fomentar su acceso a la ciencia, asegurando que el talento no tenga género. 

A lo largo de la historia, muchas mujeres han cambiado el rumbo de la ciencia, aunque sus nombres no siempre sean reconocidos. Marie Curie fue la primera persona, y además mujer, en recibir dos premios Nobel en dos especialidades científicas diferentes: Química y Física; así mismo, es precursora en el campo de la radiactividad. Rosalind Franklin realizó investigaciones clave sobre la estructura del ADN, pero su trabajo fue invisibilizado. Katherine Johnson, matemática de la NASA, hizo cálculos esenciales para las misiones espaciales. Ada Lovelace creó el primer algoritmo informático, siendo la primera programadora de la historia. Lise Meitner contribuyó al descubrimiento de la fisión nuclear, pero el Nobel fue otorgado solo a su colega Otto Hahn.