En la celebración de Pentecostés en párvulos, los niños, con sus gorritos de fuego, representaron visualmente la llama del Espíritu Santo. Cantaron la canción “Ya llegó el Espíritu Santo” con entusiasmo contagioso. Luego, todos se dirigieron a la capilla, donde les esperaban cupcakes rojos. En la capilla todos juntos le cantaron el Happy Birthday a la Iglesia.  Además, los niños llevaron regalos para otros niños, ofreciéndolos como obsequios para la Iglesia. 

Fue increíble la genuina alegría y emoción que presentaban los niños y niñas por estar celebrando Pentecostés. Ellos despiertan nuestro amor y nos inspiran a hacer el bien. Con alegría confirmamos lo que dice Marcos (10;13-16): “Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de ellos es el reino de Dios. De cierto os digo, que el que no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él”.