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Mayté Gordillo
Natalie Chinchilla
Jimena Paredes
Jennifer Portillo, Patricia Aldana y Ana Lucía Asturias
Guatemala es un país pluricultural, lleno de riquezas lingüísticas; pero ¿por qué la población se muestra tan distante e indiferente? Los pueblos originarios sufren desde la época colonial porque a causa del etnocentrismo de los españoles, los pueblos mayas tuvieron que ir suprimiendo y borrando algunos aspectos de su cultura. Y tal vez decimos «ya no hay racismo en Guatemala», «yo acepto mis raíces porque visito Tikal» o «yo compro cosas en el mercado». Y sí, tal vez estés contribuyendo y apreciando distintos aspectos culturales del país, pero ¿realmente puedes decir que respetas y eres inclusivo con todos, sin importar su color, indumentaria, lengua, cultura, entre otros?
En la actualidad, las redes sociales se han convertido en un lugar donde es común presenciar actos, pensamientos, y movimientos discriminatorios. Según Sara Curruchich (2020) la información o las ideas que se difunden en el medio digital pueden llegar a ser mensajes de motivación, positivismo y orgullo patriótico, pero también pueden ser agresiones, amenazas y declaraciones etnocentristas, todo esto desde el anonimato.
“Muchas veces se les puede identificar con sus nombres, tienen fotos con su familia o también escriben desde el anonimato, pero es sorprendente que no tienen sentir o no les provoca nada escribir algo así.” Sara Curruchich
Sara, por medio de sus canciones, nombra lo especial que son sus raíces, y presenta de forma creativa la manera de transformar y evitar las acciones racistas. Incluso ayuda a reflexionar sobre las acciones de las personas como ciudadanos guatemaltecos. Sin embargo, ha sido señalada como culpable de la separación y conflictividad entre las etnias guatemaltecas. Al ver estos comentarios negativos hacia Sara, puede percibirse como que si desearan borrar su identidad, su cultura, sus raíces e incluso las raíces de todos los guatemaltecos.
Lamentablemente, esto no solo pasa en la actualidad, desde la antigüedad los pueblos originarios han sido explotados y tratados como objetos de trabajo, sin derechos ni acción política. Y el Estado sigue mostrando ideas racistas, así como lo menciona Amílcar Pop (2017): «El fin: implantar en el imaginario social la idea de que los indígenas son inferiores y la permanente necesidad de interiorizarla, ya que dicha condición es consustancial al sistema.»
De acuerdo con lo que registra la historia, hubo un movimiento reformador que pudo haber trascendido y transformado el trato hacía los indígenas agricultores: La reforma agraria. Esta tenía como objetivo erradicar la explotación y generar cultivos de manera que el campesino pudiera producir ganancias. Tristemente, en 1954 esta Reforma se detuvo por ser considerada un movimiento comunista lo cual solo demostró la poca importancia de la igualdad en la política guatemalteca.
Como se puede apreciar, el racismo tiene sus orígenes desde la época colonial y sigue presente hasta hoy por medio de la tecnología. No obstante, así como hay aspectos negativos, también los hay positivos. Recientemente, se pudo observar un video sobre una madre enseñándole a sus hijos sobre el racismo, y utiliza como ejemplo los huevos, ya que no importando el color de la cáscara por dentro son lo mismo. Y con esto solo resta decir que todos somos iguales, lo único que cambia es la forma de pensar, actuar y la cultura de cada persona. Pero, hay algo que tenemos en común… Nuestra humanidad, de la cual proviene el respeto y los valores que trascenderán hacia la inclusión en Guatemala.
¡Así que a seguir construyendo y con fraternidad, incluyendo a todos los guatemaltecos por igual!
Referencias
