Un adiós con devoción

“Este es el inicio del final, Chicas”— fueron las palabras de la maestra de quinto bachillerato al iniciar el acto mariano privado para las graduandas, el cual marcaba el comienzo del evento tan esperado por la comunidad Monte María… La Coronación de la Virgen. 

El 31 de mayo se celebró uno de los eventos más emblemáticos y distintivos de Colegio Monte María, la Coronación de la Virgen, pero este año tuvo un toque más profundo, lleno de nostalgia, recuerdos, anhelos cumplidos y mucho agradecimiento hacia la Virgen María. 

Desde que entré a Monte María, cuando tan solo era una niña y miraba pasar a la Virgen cargada en hombros por las graduandas, sabía que tarde o temprano llegaría mi turno y anhelaba con el corazón que ese día llegara, pero no pensé que sucediera tan pronto. El día llegó y la promoción 65 tuvo el honor y privilegio de llevar en hombros a la Virgen por las calles del Colegio, donde habíamos creado tantos recuerdos, como cuando estando en párvulos le habíamos tirado pétalos a la Virgen, en primaria habíamos hecho altares en su honor y en secundaria alfombras para conmemorarla. 

—“Este año el evento es suyo, niñas. Todas las personas que están acá vinieron a verlas a ustedes, son las protagonistas ¡Lúzcanse!”— Esas fueron las palabras de la directora de secundaria momentos antes de que comenzara el evento al público, pero para las graduandas este recorrido había comenzado desde una semana atrás con las prácticas en tacones y la elaboración de un cuadro de la Virgen en honor a ella. 

 

 

Finalmente, llegó el día, este inició con un desayuno exquisito que compartimos todas juntas como promoción donde dimensionamos lo que estábamos a punto de hacer. Luego, ya arregladas, nos dirigimos a la capilla para nuestro acto mariano privado, donde las lágrimas, las risas y los nervios no faltaron; recuerdo muy bien haberle pedido a Dios y a la Virgen que ese día fuera perfecto y que me hiciera sentir todas las emociones posibles para que viviera al máximo la Coronación. 

Desde que salimos de la capilla hasta que llegamos al Pabellón de la Paz, las lágrimas no pararon de salir de mis ojos, estaba tan conmovida por lo que estaba viviendo, pero el momento donde caí en cuenta que nunca más iba a vivir una Coronación de la Virgen como alumna Monte María fue cuando todo el Pabellón estaba cantando el himno del Colegio y yo tenía una vista preciosa de ese momento, desde el escenario donde tenía a un lado a la Virgen María, enfrente a todas las personas que habían llegado y del otro lado a mis compañeras, llenas de orgullo por lo que estábamos haciendo y recuerdo hablar con la Virgen y decirle “Gracias Virgencita por haberme permitido crecer en Monte María de tu mano, ahora solo te pido que en este último camino que me queda, me acompañes hasta el final”. 

Así terminó el día más esperado por todas, con pies adoloridos, calor, sed y alguno que otro maquillaje corrido, pero todas plenas y satisfechas porque nuestro anhelo más antiguo se había cumplido. Como dijeron al principio del evento, el inicio del final comienza y de hoy en adelante solo queda mirar hacia atrás y recordar los buenos momentos que hemos vivido, pero con la vista hacia el frente porque el poco tiempo que nos queda en Monte María hay que vivirlo al máximo.