Al llegar el final de este ciclo escolar 2025, es inevitable mirar hacia atrás y recordar el llamado que se nos hizo desde el primer día: la invitación a Custodiar el Corazón.

Hoy, al ver todo lo que hemos construido juntos como comunidad, podemos afirmar con orgullo que respondimos a ese llamado con intención y perseverancia.

A lo largo de estos meses, hemos sido testigos de cómo cada estudiante se ha esforzado no solo por aprender y crecer académicamente, sino también por proteger y valorar su corazón, así como el de quienes le rodean, a través de la empatía en las aulas, el compañerismo en los pasillos y la búsqueda constante del bien común. Cada acción, cada palabra amable, cada historia compartida en La Estrella, ha sido una prueba de un corazón bien cuidado.

Ahora, con una mezcla de emoción y orgullo, miramos a nuestra querida Promoción 66 de graduandas. Ellas son el vivo ejemplo de lo que significa culminar una etapa con el corazón en el lugar correcto. No solo llevan consigo una formación académica sólida, sino también la invaluable lección de saber escuchar, sentir y actuar con humanidad.

Mientras se preparan para tomar nuevos caminos, les deseamos el más grande de los éxitos. Que este valor de custodiar el corazón sea la brújula que guíe cada una de sus decisiones, cada nueva aventura y cada relación que cultiven.

Queridas graduandas, lleven su corazón bien custodiado al mundo, porque un corazón fuerte en valores es la herramienta más poderosa para transformar su futuro y el de los demás.